A ella que resumió su vida para describir la mía,
redujo su espacio para regalarme el universo.
A él que me vistió de fuerza,
que plasmó su mirada en la de mi hija,
que me regaló su último soplo de vida.
A ella, la que sigue velando en mi vida.
A él, el que sigue velando en mis sueños.
Os quiero
¿Dónde está la puerta de salida? Esa por la que uno no se doblega ¿Dónde está? Abrí la ventana por la que solías entrar ¡quería respirar! Y entre letras que un día nos presentaron ¡te volví a extrañar! La tarde y la suerte en mi pensamiento bailaban un vals. Una ausencia aplaudía a mis horas y un silencio ¡las hacía callar! ¿Dónde están los gritos que me hacen silenciar? Esos por los que sin embargo se me oye Esos... ¿dónde están? Descosí otro zurcido de soledad ¡quería saltar! Y entre otoños y charcos vacíos ¡te volví a extrañar! La mañana y la casualidad en mi absurdo se vuelven a colar. Una despreocupación preocupada a mis segundos y letras ¡hacen pensar! ¿Dónde está la copita de sensaciones mentales que a mi razón hace girar? Esa frase indigesta que retumba en la moral Esa... ¿dónde está? ¿Quizá saltando en la luna? ¿Quizá respirando en su mar? ¿Quizá siendo vida de un suspiro? ...O cruzando esa puerta de salida donde uno no se doblega ¡y dos no pueden cruzar! ¿Dónde está la puerta de salida? Y la de entrada Esa... ¿dónde está?
Ocurría mientras veía Pasaba fusionando miradas ¡de esas que a veces respiran! Liberando sensaciones ¡desnudando sedientas vidas! Descosida... Como soledad insinuante ¡que hoy no incita! Como febril oscuridad ¡tiritando ante una caricia! Pasaba desabrochando silencios ¡de esos que a veces gritan! Desalojando impertinencias ¡de las musas más atrevidas! Indiscreta... Como eco de respiración ¡que hoy no respira! Como absurda indignación ¡que ya ni se indigna! Ocurría mientras veía Pasaba tejiendo enredos emocionales ¡de esos que a veces se lían! Deshaciendo murmullos en los errores ¡zurciendo equivocaciones indefinidas! Indigesta... Como preámbulo de una carcajada ¡que ni suena ni rechina! Como el final abrupto de una sonrisa ¡temiendo llegar a su despedida! Pasaba dibujando abstractos caminos ¡de esos que ya nadie pisa! Disfrazándose de humor ¡transformándose en el flequillo de alguna despeinada risa! Insignificante... Como el duende con resaca ¡que en una esquina se marchita! Como lágrima que ya no moja ¡se evaporó cuando caía! Y ocurrió mientras veía Pasó de largo un suspiro, una maleta sin dueño ¡se iba! Quedó una mirada huérfana ¡y un eco se hacía cosquilla!
En mi rincón se dibujan silencios sin silenciar, hay gritos callados que se pintan entre lienzos y suspiros ¡con respiración artificial! En mi rincón los ojos miran y ven, los labios soplan aires de libertad ¡la piel se eriza sin miedo! La boca sonríe sin más Allí la emoción es libre ¡volando de aquí hacia allá! Entre sentimientos que sienten y pensamientos ¡que pretenden pensar! En mi rincón la mentira lleva sombrero ¡y se lo quita ante la verdad! Las caricias que no se usan ¡mueren de placer sin avisar! El triunfo está donde el morbo termina ¡y la terminación! Donde la caricia dejó de rozar En mi rincón el orgullo se viste con falda ¡y se desnuda ante la humildad! Las esquinas no tienen luces ¡para a escondidas poderse besar! La meta está donde el placer termina ¡y la terminación! Donde el labio dejó de besar Allí el pensamiento es libre ¡volando de aquí hacia allá! Entre razonamientos que razonan y locuras ¡que pretenden madurar! En mi rincón la hipocresía calza sandalias ¡y se descalza ante la sinceridad! Los ríos corren sedientos ¡para en los mares navegar! El hoy está donde lo dejaste hace un momento ¡y el ayer! Donde el recuerdo le deje estar En mi rincón la sensibilidad viste silencios ¡y se desnuda para amar! El aire corre intrépido ¡para al viento poder alcanzar! El te quiero está donde lo mencionaste ¡y la mención! Donde la dejes estar Allí la moral es libre ¡volando de aquí hacia allá! Entre imaginaciones que imaginan y te amos ¡que pretenden amar! En mi rincón... Huele a libertad y hay una butaca arrinconada ¡esperándome para soñar!