LOS DADOS DE LA MORAL

 ¿A qué jugamos hoy moral?
¿Preparo el dado mental y jugamos a olvidar?

¡Tan sólo tres veces
se puede soplar!
Se ordenarán los sentimientos en los
cajones del azar

¡Me toca soplar!

¡El tres!

Me siento en el cajón de ningún lado
¡ahí donde dejé la media palabra que nadie se ha probado!

Desde ahí puedo mirar
al día con cierta distancia
¡ahí nadie me roza!
¡nadie me alcanza!

Y juego a dejar de ser
¡lo que nunca he sido!
Y dejo saltar a la moral
desde el trampolín ¡al vacío!

¡Y vuelvo a soplar!

¡El dos!

Avanzo poco más...

¡Qué suerte he tenido!
He caído en el cajón del olvido

Ahí se aposentó cada melodía,
cada ilusión ¡hoy desvanecida!
Alguna que otra sorpresa
y los bellos recuerdos
que en la razón ¡hoy ya no pesan!

Y juego a verme reflejo
¡de ese absurdo y misterioso espejo!
Y dejo que resbale la moral...
¡Todo tiene principio!
¡Todo tiene final!

Así que con prisas
¡vuelvo a lanzar!

¡Último soplido!
Con un poco de suerte
¡ordenaré los latidos!

¡El uno!

Avanzo sin ritmo...

Me coloco en el cajón de
las emociones insignificantes
y desde ese ángulo
¡no puedo seguir adelante!

Desde ahí
¡desde el escondite imperfecto!
la moral no vuela ¡no gira!
¡Ni tan si quiera sigue recto!

Y me siento rato
¡Momento!
El instante preciso
¡de un día de aburrimiento!

Y juego a no jugar más...
¡duele encajonar sentimientos 

sin antes dejarlos volar!

Y acaricio la moral
¡no sirve de mucho el azar!
Cuando lo que desea el corazón
¡es simplemente olvidar!