doctorada en ilusiones prohibidas,
licenciada de placeres antiguos,
¡esclava de su propia sonrisa!
Era trabajadora social
¡de un mundo insociable!
Funcionaria rebelde
¡de sentimientos
inconfesables!
Musa del sexo pagado
¡el beso y caricia!
de cobro al contado
Mezcladas formas de amor
¡sin amar!
Amplia gama de sonrisas
¡en versión vertical!
Vendía placeres...
¡Jamás dignidad!
Los tacones dispuestos un día más.
El desfiles de deseos provocados
¡no se haría esperar!
Otro repertorio de negociaciones
pasionales recorrería indiscreto
¡el borde de sus pupilas!
Secreto a secreto
Insubordinada delicadeza que ya dolía
¡piel que se estremecía!
Y una lengua que gobernaba cada movimiento
¡y aquellas manos que tropezaban a destiempo!
El vértigo entre sus piernas
¡y una costumbre que se hacía esperar!
¡...y otra que no llegaría jamás!
¡Obligada! Sonreía
¡Obligada! Callaba
Y disimulando el temblor
¡su mente se desvanecía!
Dejando desnudas ¡las miserias del alma!
Y desordenando la obscena consciencia
¡ordenaba universos prohibidos!
Y entre palabras ardientes
¡disfrazaba suspiros!
Se ahogaba con su propio silencio...
¡Aquella boca que la tocaba!
para hacerla beso
¡Aquella caricia de piel desconocida!
de sudor intenso
Y levantando la mirada
¡dejó de callar!
Y empujando a su verdugo
¡se dispuso a escapar!
Pero en el templo de lo simple
¡a la orilla de lo complejo!
la sonrisa perdía la vida
¡cuando sólo apostaba sexo!
Tras su cuerpo desnudo
¡una historia que contar!
¡Era madre!
¡Era hija!
¡Era esclava sexual!
Y murió con la dignidad entre los labios
¡luchando por su libertad!
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