martes, 20 de agosto de 2013

LA HUELLA

Volé...

Me vertí en sus lavas antiguas,
me desarmé ante su historia
aposentada
y me encendí poquito a poco
¡entre volcanes que extinguidos miraban!

Y subí...

Donde una mitad ama
¡mientras la otra divaga!
Donde la pupila se ensancha
¡cobijando intensos recuerdos!
Y despacito...
¡me hacía mirada!
para pasear por ellos

Y bajé...

Donde los errores se repiten
¡una y otra vez!
Donde la equivocación se agacha
¡esquivando la esquina de su boca!
Y despacito...
¡me hacía  lengua!
para rozar lo que provoca

Me descalcé en sus humildes orillas,
me desnudé ante su resbaladizo ocaso
¡corrí deprisa entre sus espumas!
sedientas de pies descalzos

¡Y volví a subir...!

Allí donde media razón
¡acostumbraba a explotar!
Donde la mitad de la consciencia
¡perdía la virginidad!
Allí donde media locura
¡se hacía realidad!
Y la otra media...
¡nadie sabe donde va!

¡Y volví a bajar...!

Allí donde la cordura
¡se extravía entre costuras!
Donde la respiración
¡era y no era!
Allí donde me hacía suspiro viajero
¡entre un botón y una cremallera!

¡Y volé...!

Perdiéndome en la curva
de otra más insinuante
¡siendo recta de un torcido!
La idea absurda del soñador
¡que no soñó antes!

¡ Y aterricé...!

Tumbándome en sus arenas mojadas
¡siendo biografía de sus sonrisas!
¡trilogía de sus carcajadas!
Y despacito...
¡me hice sombra!
Huella inadvertida de su playa

3 comentarios:

  1. Hermoso poema de un lugar que te ha llegado al alma. Me ha gustado especialmente este verso "siendo recta de un torcido"
    Mina

    ResponderEliminar
  2. Dios, evocas tantos sentimientos, tantas situaciones, que es difícil no amar este poema.

    ¡¡GENIAL!! (como siempre)

    ResponderEliminar
  3. Gracias Mina. Ambas sabemos que se puede ser la recta de un torcido y el retorcido de algo recto ¿verdad? Besazos

    ResponderEliminar